Yo sé que todos creemos ser
escritores y de vez en vez escribir algunos poemas, todos creemos ser poetas y
dedicarle al amor y a la amada unos versos que aunque no rimen traten de
demostrarle y transmitirle el tan sonado sentimiento por el cual hemos venido a
este mundo.
Algunos dirán que las personas
que no tiene la experiencia para escribir no deberían, que este solo es un arte
para los que la tienen y saben rimar las palabras. Aquellos verdaderos
escritores que con grandes lentes y corbatas añejas han dado forma a los más
hermosos paisajes humanos y universales, los cuales nos han arrancado de los
ojos algunas lágrimas y por supuesto muchos y variados suspiros no solo de
enamoramiento, sino de imaginación pudiéndose traducir como ¿podría yo en algún
momento hacer eso? O ¿tendría la gallardía para escribir algo similar?, las
respuestas como siempre podrían ser: no lo creo, ellos tienen la experiencia,
yo definitivamente no puedo hacerlo.
Es cierto que nadie puede
replicar las obras digamos de Orwell que en lo particular pienso que no tarda
en que sus obras comiencen a desaparecer o a ser mutadas, en transformar las
oraciones futuristas y a la vez verdaderas, muchos podrían pensar que sus ojos
fueron como Nostradamus y lograron ver el futuro, vieron la magnificencia del
ser humano y su avance inquebrantable o vieron el lado obscuro y tendencioso,
sediento de poder y sangre del hermano, creador de control y odio totales, que
bien se apoyan en la sutileza del cambio programado, del cambio falso, del
terror.
Es cierto que Orwell no fue un
Nostradamus, no que yo sepa, no del que haya registros sobre su don de visión a
futuro. Yo creo que él pudo verlo al mirar de cerca el corazón humano, ese
corazón que ha creado el arte más bello no solo en la música y la pintura, ese
arte que es palpable en cada respiración nocturna de un niño, que si bien es un
milagro de la naturaleza, es también una creación humana, se inicia con el amor
humano que se despierta en dos seres, se confirma con la concepción y se valora
con el crecimiento. La vida y no es pecado decirlo, es una creación humana, dada
por los dioses para su eterno recordatorio de que no debemos estar solos.
¿Entonces porque ese sentimiento
de soledad tan recurrente en la mente humana?, porque mientras más pasa el tiempo
y la mente humana se desarrolla mas ¿la soledad reina cada vez más el espíritu humano?
¿Acaso hay algo que nos separa de
esta divinidad? ¿O somos nosotros los que hemos olvidado esta parte galáctica de
nuestro ser?
Orwell pudo ver en los ojos del
ser humano esta soledad y no vaticinar, sino dramatizar que pasaría si esta
soledad se apoderara de nuestra mente y nuestra alma. No fue una casualidad que
haya desde hace mucho años, visto cual sería la vida de las personas que nunca llegarían
a conocerlo personalmente, sino a través de las palabras reales y sinceras que
de su puño salieron, y digo puño porque estoy seguro que mientras escribía tenía
las manos cerradas aguantando la desesperación y el coraje que pudo haber
sentido en el alma por el destino que le deparaba a los niños que nunca llegaría
a conocer de todos los rincones del globo por el futuro que logro ver. Siempre he
querido pensar que escribía no para ser adorado por sus letras, sino para decirnos,
¡abre los ojos!, el futuro es este y no está muy lejano.
¿Pero, cual es esta divinidad de
la que hablamos y porque se relaciona con este autor?, no creo que la divinidad
se relacione con un autor en particular, sino que se relaciona con las palabras,
con las oraciones, con los libros y las ideas, con las “mentes dementes” que
solo pueden estribar en sus versos las palabras más claras de cuidado e inspiración,
que las mentes que buscamos liberarnos estamos leyendo y escuchando como bálsamo
al espíritu, como luz en la obscuridad, como la voz maternal que cada día de
nuestra niñez nos indicaba que todo estaba bien y que nos preparaba para el
mundo y el futuro. ¿Quién no ha escuchado que el mundo de los niños es
perfecto?, que en ese mundo blanco y sencillo se encuentra el mayor desarrollo
del espíritu humano y que mientras va creciendo, el cuerpo se alarga y el alma
se encoge para terminar con una mente atrapada en el cuerpo y en la jaula del
prejuicio.
¿Cuantas veces mientras crecemos
hemos escuchado que debemos tomar bandos?, que debemos decidirnos, que debemos
ser buenos, blancos y no rojos, el alma no tiene bando porque viene directo del
mismo lugar, de la gran energía, de la gran fuente, de la gran mano, de la
pureza.
El tomar un bando es como negar
la creación de mundo y la misión que tiene el ser humano en la tierra, existe
un ejército en la tierra que si toma bandos, que se ostenta como el liberador,
como el demócrata, como el guardián de la libertad en el mundo, ¿Quién se
podría enorgullecer de tener las manos llenas de sangre mas que un corazón envenenado?,
¿Quién podría decir confía en mi cuando no siente ningún respeto hacia la vida
y se entromete en los sueños de las personas lavándoles y cerebro con falsas
palabras y oraciones de seguridad?, alguna vez leí que el ego nos hace ver
enemigos en cualquier dirección, pero nos nubla la vista sobre que nosotros
creamos esos mismos enemigos porque nosotros somos nuestro el peor, entonces, ¿El enemigo quién es?.
¿Quién realmente tiene hambre de
lo que está llevándose a la boca o quien realmente ha decidido que colores
usar?, quien crea las tendencias y quien dice como están las cosas en el mundo
cuando todo está procesado y completamente masticado, ya que han identificado
que es mejor digerirnos las comida que nosotros mismos masticarla.
Eso precisamente vio Orwell en su
tiempo, vio que nuestra voluntad se iba a aletargar porque todo nos lo dan en
las manos, porque no nos causa ningún sacrificio el sonreírle al déspota en vez
de encararlo y hacer valer nuestra existencia al sabio viento.
Quien iba imaginar que el gigante
del sur se estaría rebelando al momento que todo el mundo entre vítores y
aplausos decía que era el milagro del sur y su gente dice que no es verdad que
la corrupción y el robo son los que los tienen sumidos en la mayor de las
pobrezas y los niños ya no ríen, los niños sangran y son abatidos solamente por
decir que no están de acuerdo, pero como son los menos y los más son atendidos
sin problema dentro de la programación televisiva exclusiva del gobierno, ¿Cuál
es la verdad?, y como todos sabemos lo único que nos han hecho son incrédulos y
siempre es la misma respuesta, eso siempre ha pasado, siempre ha existido, eso
no es nuevo, eso dicen ellos pero cuál es la verdad, he de decir que la verdad
vive en el corazón de cada uno.
Nuestro corazón en sincronía con
nuestro espíritu son el mejor radar y nos indicar que es lo que sucede, ¿no han
sentido que caen y caen y el sentimiento de deja vú cada vez es más grande?
Es el corazón diciéndoles que las
cosas no están bien y que unas pocas de manos no pueden hacer todo el trabajo
sino que Gaia es nuestra responsabilidad y todos estamos unidos porque venimos
de la misma fuente y debemos escucharnos para poder ayudarnos.
Yo siento un cambio muy fuerte y
todos podemos hacer lo nuestro, no es necesario estar en el campo de batalla,
disparando, maldiciendo y golpeando, podemos hacerlo con palabras, con
escritos, con pensamientos, cambiando nuestra energía vibracional, siendo uno y
siguiendo nuestro corazón, cambiando la obscuridad que está encima del mundo
absorbiendo nuestra energía, estamos aquí y debemos ser dueños de nuestra vida,
nosotros tenemos la decisión, solo es cuestión de convencernos.
Orwell dijo, si quieres
imaginarte el futuro, imagina la huella de una bota en el rostro de la
humanidad para siempre, creo que él estaba equivocado… depende de nosotros que
este no sea el resumen de nuestra existencia, las generaciones que vienen
cuentan con nosotros.